René Barbier y sus poemas albaneses

Acostumbrábamos a que por entonces las tardes fuesen largas sobre las mesas lunares del Café  Moderno. Fue allí cuando oí, por primera vez, hablar de René Barbier.

Fueron los bibliófilos Mad Pastroudis y Guillaume De Palurd  quienes en su defensa absoluta del Infinito, habían encontrado  los últimos textos escritos por el esquivo poeta en su época albanesa. Y los habían compilado con delicadeza de entomólogo  y pasión de  bolchevique.

Cuentan sus biógrafos que el origen de aquella huida al otro lado del mar fue un viaje etimológico: Abandonado por  ella decidió sustituirla por otra Tirana.

Pasó el tiempo pero cumplieron su  promesa:  Por primera vez tenía en mis manos  el  tan  deseado como olvidado texto.   

En un lirismo crepitante  René Barbier recorrió toda la mitología panmediterranea, la talasocracia  de la belleza.

En esta breve obra Kavafis y Kadaré se dan la mano mientras comparten  vino y melancolías.

Las ilustraciones pues, debían ser  acordes  a este lirismo  etílico y esta melancolía  balcánica. Para ello decidimos  que  la edición fuera tan metafórica como  el viaje en sí.

Las guardas son de papel rojo corinto, las ilustraciones, realizadas a tinta de varios colores,  consiguen sus matices a través del vino y la sal, como  los hijos de Cartago, como las letras fenicias.

Este libro es también un almanaque anual.  Lunar  como las mesas del Café Moderno.