Cuando Prometeo robó el fuego a los dioses lo escondió en el tallo de una cañaheja, para que al volver a sacarlo se tuvieran que usar las manos. Así, cuentan los griegos, fue como surgió el fuego de yesca y pedernal. Decía Anaxágoras que el ser humano piensa porque tiene manos. Y seguramente sea cierto. Al menos aquí estamos de acuerdo. Y de aquí tomamos nuestro nombre.
La Luz Manual busca la creación de objetos artísticos, de colaboraciones reales entre el mundo de lo literario y lo pictórico porque estas dos manifestaciones manuales del «logos» son la base de la creación cultural de la Humanidad.
Frente al producto de consumo rápido y de obsolescencia inmediata queremos ofrecer otra perspectiva del mundo, invitar a la contemplación, a la reflexión y a la acción. Por eso trabajamos con grandes autores desconocidos, fuera del mercado actual del arte y la edición, por eso queremos promover eventos que ayuden a convencernos de que la creación es intrínseca a nuestra naturaleza y no un fenómeno solo destinado a unos cuantos afortunados tocados por el caduceo de Apolo o por un don hereditario.
Nos dedicamos al extraño mundo de las ediciones metafóricas. Porque confiamos en que no hacemos nada útil pero sin lugar a dudas hacemos algo imprescindible.
Os damos la bienvenida a La Luz Manual.
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